Fans Club de Ariel Corbat

Blog de los lectores de Ariel Corbat. Creado por Sabrina Sol Dembrillo. CONTACTO: sabrinadembrillo@yahoo.com.ar

¿FANTASÍA O CLARIVIDENCIA? ¿LA FICCIÓN SUPERA A LA REALIDAD O ES ATRAPADA EN UNA PREMONICIÓN?

¿FANTASÍA O CLARIVIDENCIA? ¿LA FICCIÓN SUPERA A LA REALIDAD O ES ATRAPADA EN UNA PREMONICIÓN?
La foto de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner que aquí ven entre marionetas fue publicada por el diario Ámbito Financiero el 20 de Diciembre de 2007. Diez días antes, en el blog www.plumaderecha.blogspot.com, Ariel Corbat publicó su más que sugestivo cuento "QUIEN MUEVE LOS HILOS". Vean la foto, lean el cuento; mediten sobre las fechas de publicación de una y otro... Quizás experimenten algo así como escalofríos...

sábado, 28 de septiembre de 2013

JORGE ZAPPINO, INTOLERANTE PROPALADOR DE ODIO



Cuesta creer que con tanta sangre que ha corrido en la Argentina todavía haya quienes reivindiquen la violencia. Sin embargo, estimulados por un gobierno que no ha hecho más que falsear la historia y predicar vilezas, pululan personeros del odio capaces de celebrar el asesinato de un dirigente sindical. Tal es el caso del Licenciado en Ciencias Políticas Jorge Salvador Zappino, un marxista devenido kirchnerista que trabaja en la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, que al cumplirse un nuevo aniversario del alevoso crimen del Secretario General de la CGT José Ignacio Rucci, ultimado por la organización terrorista Montoneros, publicó en su muro de Facebook el siguiente mensaje: 

40 años de la "Operación Traviata". Uno menos.

No solamente reivindica así un homicidio, sino que al añadir "Uno menos" en forma inequívoca insinúa que hay otros a los que matar, es decir, incurre en una clara apología de la violencia política. Zappino es un intolerante de corta y triste fama, que ya antes incurrió en amenazas contra nuestro muy querido escritor Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha, lo mismo que contra la luchadora por los derechos humanos y Presiente del CELTIV  (Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas) Dra. Victoria Villarruel.

En la siguiente foto, se lo puede observar en compañía de Hebe de Bonafini, otra propaladora de odio, y allí también el recuadro con el indigno post que escribió en su muro. 



Para regocijarse por la muerte del compañero Rucci se necesita odiar a la Patria  y al Peronismo, condiciones que sin duda reúne el reivindicador de terroristas y criminales apátridas Jorge Salvador Zappino. Escribo esto porque Facebook incurrió en censura injustificada contra mi post, eliminándolo por pedido de Zappino. 



Al margen de los agravios contra mi persona, no estoy dispuesta a pasar por alto el agravio contra la memoria de un dirigente sindical peronista y contra la paz de los argentinos.  Esta entrada es un aporte a la memoria, para no olvidar ninguna de las cosas insanas que produce el kirchnerismo. 


Sabrina Sol Dembrillo.

jueves, 30 de agosto de 2012

"TANGO EN CROACIA" - un cuento de Ariel Corbat



TANGO EN CROACIA







Deja de silbar, y recuerda.

Echado cuerpo a tierra sobre el suelo pedregoso, en las sierras de Córdoba, Tango se preguntó si aquel adiestramiento rápido sería suficiente para salir vivo de los  Balcanes. El entrenamiento era duro pero tolerable y el jefe de los instructores no se cansaba de repetir las cosas que enseñaba. También aclaraba que nada de aquello serviría de algo sin la determinación de cada uno, los misterios de la naturaleza humana incluyen el comportamiento en la guerra. No hay forma de descubrirlo hasta no estar ahí.

“Los talones pegados al piso si no quieren que allá les peguen un balazo, los brazos delante de la cabeza y que el fusil no se llene de tierra… -decía el instructor mientras pisaba con rudeza los talones levantados- ¡Ustedes se arrastran, no el fusil!”. No importaba si los brazos se cortajeaban por reptar entre las piedras, lo primordial era cuidar el FAL, mantenerlo impecable. Un fusil limpio es un fusil seguro, y de esa seguridad iba a depender la vida una vez entrado en combate.

La mayoría de los voluntarios argentinos eran jóvenes de ascendencia croata, de los cuales sólo un par habían hecho el servicio militar. Ellos compartían una motivación entre patriótica y de sangre para estar allí, derramando sudores en la trepada de la escarpada ladera. La independencia de Croacia los atraía como un llamado ancestral, una causa justa por la cual valía la pena el adiestramiento militar, para correr el riesgo y llegado el caso morir en el intento.

Entre los no croatas las motivaciones conformaban una mezcla distinta en cada recluta, y acaso lo que todos compartían, el ideal que los impulsaba a emplearse en la lejana guerra europea, era el más feroz anticomunismo.

A diferencia de los argentino-croatas, Tango no deseaba permanecer en el frente desde su llegada y hasta el fin de la guerra. Si le hubieran propuesto eso es posible que no hubiese aceptado, lo suyo era casi curiosidad por descubrir si tendría lo necesario para sobrellevar la experiencia del combate. Morbo que a los 16 años le había quedado atravesado en el alma durante la Guerra de Malvinas, cuando después de hacer una larga fila frente al Ministerio de Defensa le impidieron inscribirse como voluntario por ser menor y no estar acompañado de su padre. Desde el vamos lo suyo iba a ser limitado, entrar y salir participando de operaciones de logística para el traslado de armas. Apoyo.

No es que no le interesara la causa, creía que la libertad de los croatas necesitaba de la llegada de fierros argentinos. Pero no al punto de tomarlo como personal. Así fueron sus primeras tres misiones, excursiones de pocos días entrando fusiles, morteros y municiones hasta dejarlos en manos de los combatientes para uso inmediato. La noche de la segunda entrega el resplandor de la batalla iluminaba los contornos en ruinas de un pueblo de nombre impronunciable, que alguien dijo bajo el traqueteo de las ametralladoras y que olvidó pronto ante el nerviosismo imperante. Allí percibió la furia de odios largamente contenidos al ver cuerpos destrozados de civiles y milicianos. Fue cuando se dijo que no quería morir ahí, de ninguna manera. Croacia no era Malvinas. A pesar de ello Tango siguió completando misiones, en parte porque quería cumplir la palabra empeñada con sus reclutadores y en parte porque temía sentirse cobarde. No, Croacia no era Malvinas, pero ¿y si lo fuera?

Tenía cierto toque de irrealidad el caminar por Buenos Aires sabiendo que en cuestión de horas podía morir tan lejos. Y se sorprendió riendo por la paradoja de temer al dentista cuando, el mismo día en que rindió examen en la Facultad de Derecho, el perno y corona reemplazó uno de sus incisivos. Salió del consultorio con la leve incomodidad al morder y la vana esperanza que la paleta postiza se acomodara pronto. No fue así. Volvió a cruzar el Atlántico con esa molestia en la boca.

Por el Río Gagka la barcaza cargada de armamentos, pertrechos varios y equipos de comunicaciones entraba ya en Gospic. Amistosas manos saludaban desde la costa. Por la belleza del paisaje y la inminencia del arribo Tango se sintió relajado. Echó el FAL al hombro y se acercó a la proa para conversar con otro de los voluntarios argentinos. Sonreían.

De la nada, en un instante, presintió que cierta turbulencia enrarecía y calentaba el aire; lo siguiente fue sentir que tragaba agua muy por debajo de la superficie. Al sacar la cabeza chocó en arcadas con el cuerpo de su camarada y los oídos zumbaron filtrando el sonido de explosiones, apenas logró darse cuenta que el helicóptero serbio ametrallaba los restos del naufragio. Braceó hacia la costa tratando de llevar el cuerpo del compañero pero se vio obligado a soltarlo por un dolor eléctrico que le cruzaba la espalda. Ni siquiera podía continuar dando brazadas para mantenerse a flote, se hundió un par de veces descubriendo que el horror de ahogarse era peor que el dolor de intentar flotar. La barcaza se iba a pique sin que su carga dejara de estallar, vomitando una lluvia de esquirlas con cada explosión. Desde la costa soldados croatas comenzaron a disparar contra el helico serbio, que pareció alejarse. Tango se percató entonces que había perdido su FAL. El dolor de su espalda, comprendió después, era producto de la violencia con que el correaje se había cortado cuando el cohete serbio hizo blanco en la barcaza y lo arrojó por el aire.

En cuanto hizo pie dos soldados lo ayudaron a salir del agua y rápidamente cruzaron el cerco de piedras que bordeaba la orilla. Con paso apresurado siguieron caminando hasta las ruinas de una casa y lo sentaron en lo que había sido, antes de la guerra, la esquina de alguna habitación. Tango intentaba ponerse en situación, el cuerpo era dolor y la mente confusíón. La fonética croata no ayudaba a pensar con claridad, encima no escuchaba bien. Los oídos le seguían zumbando y el frío se sentía igual que agujas picando hasta los huesos. Alguno de los soldados comprendió que no iban a poder entenderse en croata e intentó decirle algo en un inglés rudimentario, como el que Tango podía hablar. Otros soldados llegaron pronto. Voluntarios franceses entre los que había un médico o enfermero, lo mismo da, que tras revisarlo le hizo saber por señas que no tenía nada roto Lo primero que pudo asumir fue que era el único sobreviviente de los que venían en la barcaza, lo segundo que no había tiempo para lamentarse. El piloto del helicóptero tenía cojones, hay que reconocerlo, y su tripulación estaba cebada disparando sin cesar. Hizo otra pasada ametrallando posiciones cercanas, y seguramente fue por sus observaciones que la artillería serbia comenzó a castigar la zona. Bajo fuego entendió perfectamente la fonética de los insultos pronunciados en croata. El tipo de palabras que se aprenden fácil y que en cualquier guerra se repiten hasta el hartazgo. Imposible olvidarlas.

Las ruinas de aquella casa no ofrecían seguridad y uno de los franceses ordenó replegar. Tango hizo de tripas corazón para movilizarse por sus propios medios. Empapado, con frío, dolorido y entendiendo que sus camaradas de la barcaza estaban muertos, iba corriendo cuando el helicóptero se lanzó tras ellos. Los primeros disparos dispersaron el grupo en la necesidad de no servir de blanco fácil. Solamente uno de los franceses, armado con un lanzagranadas ruso, echo rodilla en tierra intentando apuntar, pero las balas del ametralladorista que asomaba por la puerta del helicóptero lo abatieron antes que pudiera disparar.

Tango reaccionó entonces por puro instinto, salió de la zanja en la que se había echado cuerpo a tierra y sin pensar corrió hasta tomar el lanzagranadas. El helico  giraba para retirarse y lo tuvo a tiro apenas acomodó el arma sobre el hombro. El disparo fue preciso aunque nunca había manipulado un RPG.

Intentaría recordar Tango la explosión y la caída del helicóptero, pero no puede. Cerró los ojos al gatillar sin volver a abrirlos hasta después que los serbios se estrellaran en tierra. Vio los restos arder en el piso, al momento en que uno de los croatas lo abrazaba festejando el derribo. La artillería siguió barriendo el sector un rato más, luego al fin un silencio con añoranzas de paz le dejó escuchar el ruido del agua que su mano temblorosa sacudía dentro de la cantimplora. Lloraba. Y al beber lo notó: el perno y la corona habían caído en algún lugar entre donde se hundió la barcaza y donde cayó el helicóptero. Pensó que debía verse ridículo. Sucio, los ojos hinchados de llanto y con la ausencia de una paleta, se imaginó una suerte de Alfred Newman; y la risotada lo obligó a escupir. Luego intentó silbar “Mi Buenos Aires querido”. Al fin logró acomodar los labios y siguió silbando tangos hasta el día en que pudo ser evacuado. Ya no volvió a Croacia.

Tango lo recuerda al cepillarse los dientes y notar entre ellos esa paleta que no es exactamente del mismo color. Han pasado más de veinte años. La independencia croata justificó la muerte de los voluntarios argentinos que dejaron sus vidas combatiendo en los Balcanes. Sin embargo, aquello que lo motivó a ir con ellos todavía sigue latiendo en Tango: todavía se pregunta si, llegado el caso, tendría el valor de pelear en Malvinas.

“Malvinas sería otra cosa”, supone mientras vuelve a silbar. Tangos, por supuesto.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

domingo, 6 de mayo de 2012

¡APLAUSOS PARA EL VIDEO!


Ariel Corbat valora el spot de Malvinas realizado por Young & Rubicam y difundido por el gobierno nacional. 



¡APLAUSOS PARA EL VIDEO!


"Para competir en suelo inglés, entrenamos en suelo argentino" reza el emotivo spot filmado en las Islas Malvinas por la filial argentina de la agencia de publicidad Young & Rubicam, y que es difundido por el Gobierno Nacional. 

Me gusta el video, en especial el momento en que su protagonista, Fernando Zylberberg, besa el suelo al hacer flexiones de brazos. El significado de ese beso es que para los argentinos Malvinas es tierra santa, incluso para los ateos como yo.

Fernando Zylberberg en Malvinas

Los kelpers, esa población implantada en territorio argentino merced a la usurpación británica, han respondido al spot de diversas maneras. Vi por ahí un video en que se lo toman con humor y retrucan jugando con la falta de puntualidad argentina; es ingenioso y señal que puede haber allí vida inteligente. Otros se han manifestado ofendidos con argumentos absurdos y la característica amargura kelper. 

Resulta gracioso que los ingleses en Gran Bretaña y los que usurpan nuestro suelo se quejen por el uso político de los juegos olímpicos, como si ser sede de ellos no fuera una decisión política destinada a promover el british lifestyle.  

Tampoco es seria la acusación de haber profanado un monumento de guerra. Basta ver el video para darse cuenta que no hay ningún gesto ofensivo, nadie baila sobre ninguna tumba como maliciosamente informó The Sun. 

Sin embargo, son esos falaces argumentos los utilizados por la multinacional británica Young & Rubicam para reprender a la filial argentina, cosa en que concuerdan con el secretario de Defensa inglés Philip Hammond al sostener que los argentinos deberíamos disculparnos por el video y sacarlo de circulación.

Pues no. No hay ninguna razón por la cual debamos pedir disculpas por la realización del spot en cuestión. No comparto las críticas que desde afuera y adentro se le han realizado, incluyendo las de personas a quienes respeto y admiro como Gabriel Dreyfus.

Desde La Pluma de la Derecha felicito por el buen gusto demostrado en la realización del spot a Martín Mercado, director creativo de Young & Rubicam Argentina, y celebro que el gobierno nacional -del cual soy un ferviente opositor- lo siga difundiendo. 


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 5 de mayo de 2012

ALICIA CASTRO Y EL VALOR DE LAS PALABRAS




Dicen que de lo sublime a lo ridículo hay un paso. Alicia Castro, embajadora argentina ante el Reino Unido de Gran Bretaña, se hizo notar al  interpelar fuera de protocolo al Canciller William Hague respecto del futuro de las Islas Malvinas. 

Alicia Castro
No está mal; es otra manera de hacer saber al mundo que el conflicto se mantiene vigente. 

Ahora, estaría mejor si en la formulación de sus preguntas la embajadora Castro evitara el ridículo pues, cuando se reclama algo que otro país posee por la fuerza, la expresión "Are you ready to give peace a chance" (¿Está usted listo para darle una chance a la paz?) implica, necesariamente, la alternativa de una resolución no pacífica, y nuestro país -muy lamentablemente- no tiene fuerzas armadas en condiciones de respaldar los desplantes del amateurismo diplomático. Ese mismo amateurismo que le impidió explicar, correcta y concisamente, que el derecho a la autodeterminación de los pueblos no es aplicable a los kelpers por ser población implantada merced a la usurpación inglesa.


Me quedan muchas dudas respecto a que esta azafata bolivariana sea la persona indicada para ocupar una embajada tan sensible a nuestros intereses. Un diplomático debe conocer el valor de las palabras antes de decirlas.


Quizá el canciller Hague se haya sentido incómodo, pero el gobierno inglés conoce perfectamente bien que Argentina es un país que de tan indefenso no sólo es inofensivo, sino que en ocasiones termina siendo risible.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López

sábado, 10 de marzo de 2012

NUEVO LIBRO, SOBRE EL TENIENTE ESTÉVEZ


Los fans de Ariel Corbat aguardamos con ansias que alguna editorial tenga la lucidez de publicar "TOTO", el libro que nuestro escritor favorito ha trabajado junto con Marisa Bisceglia para enriquecer la memoria de Malvinas con una exhaustiva biografía del heroico Teniente Roberto Estévez, uno de los bravos del Regimiento de Infantería 25.





Me complace informar a los amigos y lectores de La Pluma de la Derecha que con Marisa Bisceglia hemos terminado el borrador preliminar (sujeto a correcciones) del libro en el que trabajamos juntos desde principios del año pasado:

"TOTO"
Vida del Teniente Roberto Estévez,
el chico que soñaba pelear en Malvinas.


El Teniente Roberto Estévez, caído en combate, se hizo conocido para los argentinos por la carta que le dejó a su padre antes de partir a Malvinas. Este oficial dedicado a la milicia con romántico idealismo, quien tenía una hermana presa por montonera, había sufrido un paro cardíaco durante el duro Curso de Comandos de 1981 (dirigido por el mayor Aldo Rico) y siendo revivido con una inyección de adrenalina al corazón decidió mantenerse en el curso hasta aprobarlo. Tal era su determinación. Su biografía contextualizada, que es también un ensayo sobre el heroísmo, se sustenta en documentos, testimonios de quienes lo conocieron y, fundamentalmente, en las cartas que el propio Estévez escribiera a modo de diario desde que estaba en primer año del Colegio Militar hasta pocos días antes de su muerte en batalla. Esas cartas se las enviaba a Marta, que fue primero amiga y luego novia de Estévez y a quien también dejó la otra carta póstuma que acompañaba a la del padre. En todas esas cartas, con buena prosa, brinda una semblanza de la vida militar y se descubre a un tipo que no borraba con el codo lo que escribía con la mano.

Escribir este libro ha sido una de las cosas más gratificantes que he podido experimentar. Debo agradecer por ello a Marisa Bisceglia que, siendo una malvinera de alma, me invitó a participar de su proyecto con total generosidad. Desde hacía tiempo venía Marisa recolectando información y profundizando en cada detalle con minuciosas investigaciones sobre la vida de su admirado Teniente Roberto Néstor Estévez. En rigor de verdad ella podía escribir este libro sin necesidad de mi modesta pluma, y esa certeza me obliga a reflexionar sobre uno de los motivos por los cuales me ofreció participar confiando en mi estilo de redacción. Personas como Marisa Bisceglia sienten la causa de Malvinas muy hondamente, y se involucran desde lo emocional con consecuencias que en algún punto se tornan contraproducentes. Así que mi rol fue mantener una cierta distancia -y no crean que es fácil- para darle forma y definición al libro. Si por Marisa fuera, seguiría juntando y juntando información sobre Estévez, indagando un poco más en esto o en aquello, queriendo que nada ni nadie quede afuera. Esos son los riesgos del apasionamiento. En eso, creo que ayudé. Pero insisto, al margen de mis aportes el mayor mérito es de Bisceglia.

Marisa Bisceglia en Arroyo Malo, Malvinas.

Marisa trabó amistad con Marta, quien había sido novia de Estévez, y el prematuro fallecimiento de ella fue un golpe doloroso. El día que Marisa obtuvo las cartas de Estévez a Marta y las tuve frente a mí, junto con fotos, entradas de cine, el programa de la última película que vieron juntos y otros efectos personales, sentí una conmoción. Confieso que sus cartas las leí con algún resquemor: ¿sería el tipo tal cuál creíamos que era?¡Que satisfacción, amigos y lectores, descubrir que era mejor aún de lo que imaginábamos!

Leyendo las cartas en las que contaba todo, desde su afición por la música y la lectura hasta su deseo de ser el mejor combatiente, recordaba a cada rato la vez en que el Negro Rubén Juárez charlando por teléfono me cantó al oído: "Contame una historia / vos, que sos mi hermano, / volcame en la curda que me haga sentir / que aunque el mundo siga yirando a los tumbos, / aún vale la pena jugarse y vivir...". ¡Huy Negro!, como te gustaría saber que sí, "...que existen amigos derechos / mujeres enteras que saben querer. / Y tipos con tela que se abren el pecho, si ven que la vida te puso en el riel...".

Ni una mancha mínima de tinta en el codo de Estévez, nunca borró lo que escribió con su mano. Se puede disentir con alguna de sus ideas, pero no se puede desconocer la entereza y la verdad de su sentir la Patria. Reitero que la principal fuente documental de la investigación, lo que nos permitió un conocimiento acabado de su persona, son las cartas que Roberto Estévez le envió a Marta, (incluyendo la que dejó escrita antes de partir a Malvinas previendo el caso de morir en combate); ella, quien fue su amiga primero y novia después, pese a haber logrado rehacer su vida, las guardó celosamente durante estos 30 años. Así nuestra biografía es también una bella historia de amor.

Nos embarcamos ahora en la difícil tarea de obtener el apoyo de alguna editorial, por eso les pido dar toda la difusión posible a este post. Y vaya como anticipo estos párrafos que, además de revelarnos al Estévez melómano, vienen a cuento de los dichos de Roger Waters sobre la pertenencia de las Islas Malvinas a la Argentina:

1981:

Escuchando “Wish You Were Here” de la banda británica Pink Floyd, teniendo a la mano un té caliente y la vista colgada en la lluvia al otro lado de la ventana, el 29 de Junio al mediodía Roberto pensaba en Marta; siempre en ella, cada vez con mayor intensidad. El 30 llegaron los demorados, y ansiosamente esperados, papeles de la Escuela de Infantería detallando los requisitos para el Curso de Comandos. El cassette de Frank Sinatra, “Los mejores años”, sonaba en la habitación mientras Raimondo y Estévez leían las exigencias que debían enfrentar. Es curioso el amplio abanico del gusto musical que tenía Toto, porque así como disfrutaba de Pink Floyd o de Sinatra, ponía el cassette de José Larralde para escuchar “Herencia pá mi hijo gaucho” sintiendo la fuerza y pureza del hombre que aunque golpeado sigue creyendo, lo mismo que se deleitaba al captar la radio de Las Heras, Provincia de Santa Cruz, escuchando folklore del mejor a través de Los Fronterizos, Cafrune y el Chango Nieto.

1982

Melómano extremo, una vez disponiendo del cuarto en exclusividad Estévez siempre colocaba un fondo musical en su habitación. La música era para él un arte sublime, cuya existencia era una gracia de Dios porque de faltar la vida sería incompleta y sin esencia. Y con esa convicción escuchaba a José Larralde cantando su zamba “Aunque no esté”, letra que le transcribió a Marta porque expresaba auténticamente el profundo sentimiento de presencia a pesar de la distancia. En opinión de Toto, sólo José Larralde podía manifestar, tan definidamente, el ineludible compromiso ante Dios de sentir verdadera alegría de vivir.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

domingo, 11 de diciembre de 2011

EL ALMA Y EL ARTE, tributo de Ariel Corbat al talento de los artistas

EL ALMA Y EL ARTE


Llegan las fiestas de fin de año y la Asociación Pintores con la Boca y el Pie (Ciudad de la Paz 2749, Buenos Aires, TE: 4783-8700) ofrece una hermosa colección de tarjetas con sobres y adornos para regalos a sólo 54,90 $. Creo que se trata del mejor presente a la hora de plasmar los buenos deseos para el 2012, porque en cada obra pintada por ellos hay verdadero arte, el que trasluce el alma con su mensaje de belleza y superación, el que nos inspira para intentar ser mejores enfrentando las adversidades. Siento lo mismo cuando estoy frente a la obra de Carlos Regazzoni, un genio capaz de ponerle alas a despojos ferroviarios. De mi admiración por el talento de todos ellos surgieron estas palabras.


EL ALMA Y EL ARTE

Si fuera tan sólo hierro,
cada golpe del martillo no sería nada;
ni podría la mano del artista
dar a la materia su razón del universo,
tornar lienzo, música, a veces verso.

Carlos Regazzoni

¿Por qué? Ese es el misterio,
la maravilla de la creación
por la que Carlos Regazzoni puede ser Dios,
cuando a un trozo de la vieja vía
la rescata de la muerte y la vuelve a la vida.

Alberto Álvarez

Veintiún gramos... Tal vez.
No sé si el alma tiene un peso, pero se vé,
se muestra en el coraje del hacer
cuando inventando diestra mano para el pincel
pinta con labios o dedos del pie.

Antonella Semaán

Valiente esa locura
soltar al genio de toda atadura
descubrir la belleza en la chatarra olvidada,
elevarse coloreando el karma,
gramo por gramo hasta desgranar entera el alma.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López

martes, 29 de noviembre de 2011

MIENTRAS LOS CERDOS SIGUEN MANDANDO

Genial el modo en que Ariel recomienda la lectura de un clásico.

Sabrina Sol Dembrillo.


MIENTRAS LOS CERDOS SIGUEN MANDANDO


Inspirado en su experiencia como miliciano en la Guerra Civil Española, George Orwell escribió “Rebelión en la granja” pensando en la revolución bolchevique y el estalinismo. Un libro corto y escrito rápido, que siendo simple es de una gran profundidad. El talento de Orwell logró mucho más que otra fábula anecdótica, un panfleto satírico o la ligereza superficial de darle al intelecto el goce de lo coyuntural. Sencillamente alumbró una joya de la literatura universal. “Rebelión en la granja” pertenece a esa categoría selecta de libros cuya lectura es interminable.


Acaso, hermosa palabra la palabra “acaso”, el ir a combatir contra los franquistas en España y desencantarse de los partidos políticos de izquierda hasta el punto de tener que salir huyendo de la policía comunista, haya hecho reflexionar a aquel socialista utópico para comprender que la Libertad es como había dicho Alberdi: “el parto lento de la civilización”, nunca el repentino amanecer de iluminados tutores. Evolución antes que revolución. Orwell, liberal aunque con corazón socialista, pasó el resto de sus días viviendo bajo las normas del imperio británico. En España, viendo a los comunistas de cerca y en acción, como nunca los padecieron los “bolcheviques de salón”, revalorizó las garantías del viejo orden en la monarquía constitucional. Después de todo, ser inglés no era tan malo para Orwell.

“Rebelión en la granja” no se agota en describir burlonamente el derrotero histórico de la URSS, su gran mérito es desnudar el método de la desmemoria colectiva al servicio de un grupo dominante. El relato impuesto al resto de los animales por los cerdos de la granja, es el relato falso de la historia que en otros tiempos y lugares han servido al totalitarismo, a la demagogia o al más elemental gatopardismo. Y siempre con el mismo resultado, la pérdida de las libertades.

Cuba es un claro ejemplo de la vigencia de “Rebelión en la granja”, pero no se requiere el contraste de una dictadura rancia para saber apreciar la obra de Orwell. Lo más entretenido nunca está en lo que es demasiado obvio. Incluso en países democráticos, con gobiernos legítimos e instituciones que aparentan funcionar, es posible darle a “Rebelión en la granja” otra escenografía para el desarrollo de la misma trama. Siempre que los cerdos vienen marchando la obra de Orwell recobra nueva vigencia.

Por eso vale examinar al kirchnerismo a través del cristal de “Rebelión en la granja”. No voy a quitarles a los ávidos lectores de La Pluma de la Derecha el placer de descubrir por sí mismos los muchos parecidos entre nuestra realidad y la ficción de Orwell. Esté artículo es simplemente la recomendación de volver a leer “Rebelión en la granja” con un enfoque actual. Pero a modo de incentivo, y para confirmar que -como vengo sosteniendo- el kirchnerismo es un fraude en sí mismo, permítaseme señalar que cuando luego de dilapidar recursos se comienzan a tomar necesarias medidas de ajuste queriéndonos hacer creer que no es un ajuste, estas palabras de Orwell se paladean como un almíbar irónico y profético:

“Pero si bien no faltaban penurias que aguantar, en parte estaban compensadas por el hecho de que la vida tenía mayor dignidad que antes. Había más canciones, más discursos, más desfiles”.

En fin, mientras los cerdos siguen mandando más Tecnópolis, más Fútbol Para Todos y más ovejas repitiendo “¡Cuatro patas sí, dos patas mejor!”.


Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
Estado Libre Asociado de Vicente López